Inicialmente podríamos hablar de la contaminación acústica como algo que tiene la sociedad como problema imperceptible, que visualmente no sé vé, está ahí sin molestar, no son objetos y basura donde tengamos una incomodidad.
Pero está persistentemente en el oído interno, lo que sería la captación neuronal del sonido en el cerebro de los individuos de la sociedad.
A nivel neurológico creo que está haciendo un daño bastante importante.
Habría que consultar a un musicólogo, porque yo no estoy situación de hacer esta valoración, el saber hasta qué punto después de todas las épocas de la historia de la música, ahora ha habido una evolución o una involución. En el sentido de que se comparen las partituras, se vean las partituras de ciertas épocas y se valoren las calidades. Y si han mejorado o han sufrido una involución, una degradación.
Y también a lo mejor, no lo sé, condicionado por ese gusto... Un gusto subliminal, que no está ahí presente, pero está ahí retenido en la parte de oído interno imperceptible, un gusto hacia el ruido.
Un gusto que desarrolla el individuo social hacia un ruido, que él no se ha dado cuenta pero se ha acostumbrado a tolerar y donde encuentra su símil con ciertas músicas: con distorsión, con formas musicales sencillas, con tímbricas que no son tan cristalinas o ricas como las anteriores. Y poco a poco se va renunciando a una música de calidad, para una música acorde con esa devaluación y esa tendencia a buscar un ruido.
Creo que se busca una similitud con ese ruido que tenemos subliminalmente dentro del interior del gusto social global.
La cuestión es que hasta qué punto también la climatología para que se desarrolle un músico es favorable. Que un genio pueda nacer lo veo factible, pero que pueda desarrollarse en una climatología de ruido en este siglo XXI, lo veo un poco inviable. Porque uno de los factores que tenían otras épocas era la productividad de genios donde nacían genios, pero tenían una parte importante en su haber, una climatología favorable de silencio.
Cosa que no existe hoy en día, si algún padre le lee este blog y tiene un niño prodigio que se sepa que bajo mi punto de vista, posiblemente no se pueda desarrollar porque no hay un clima favorable de silencio. Actualmente vivimos en un desierto para el crecimiento normal de un genio o un niño con una predisposición y una proyección musical.
También hay que valorar que el músico estudiante y aquel que se está formando ya sea con la música moderna o clásica, que quiera tener una proyección, hasta qué punto vaya a tener una respuesta y va a tener un futuro público escuchar una música rica.
Habría que buscar alternativas. Investigar con la inversión de fase, etc.
Existen artículos mucho más extremos sobre el daño de la contaminación acústica de salud, de sueño, etc.
Esta es solo mi pequeña observación sobre el Tratamiento de la Contaminación Acústica en el Músico.