Científicamente la música no tiene una fecha de aparición precisa, ni un modo de aparición exacto. Por la poca evidencia arqueológica principalmente. Primero debemos establecer a qué llamamos música.
Todos conocemos al Rock, Blues, Jazz, Tango, Música Clásica, etc. Pero, ¿estos términos determinan lo que es o no música?
Veamos qué datos tenemos.
Según estudios arqueológicos, los elementos que podrían haber sido instrumentos musicales serían huesos de algún animal (probablemente Mamut) agujereados y se cree que podrían ser algún tipo de instrumento de viento. Pero solo puede acercarse a una hipótesis y especulación.
Aún las piezas de mayor datación no nos indican su utilidad y algunas pinturas rupestres muestran imágenes de mujeres danzando, en algún tipo de ritual. En algunos casos se observa una peculiaridad, no se ven ilustraciones de “instrumentos musicales” pero si se ven claramente dentro de la imagen animales cazados con flechas o lanzas.
Estas representaciones cotidianas nos pueden acercar a la idea de la música primitiva con una finalidad ritual.
Según la Biblia en el libro de Génesis, capítulo 4, versículo 21 dice: “Su hermano se llamaba Jubal, padre de todos los que tocan la lira y la flauta”. En este caso se refiere a Jubal, hijo de Lamec, de la descendencia de Caín.
Aquí, la primera referencia es también hacia los instrumentos, pero no es sino hasta el libro Exodo capítulo 15 donde menciona explícitamente el “canto de Moisés y María”. En el versículo 2 de dicho capítulo se deja entrever un origen divino de la música: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico…”
En el Antiguo Egipto, posiblemente otorgaban el mismo origen a la música ya que su uso principal era durante los ritos dedicados a sus dioses, también era considerada un “remedio terapéutico”: el jeroglífico utilizado para “música” era el mismo que para “bienestar” o “alegría”. Otro indicio del origen de la música para los egipcios es que se consideraba un medio para comunicarse con los difuntos. Los músicos alcanzaban una categoría tal que algunos fueron enterrados en las necrópolis reales.
Por otro lado la Mitología Griega aporta algo importante, coloca a la aparición de la música junto a Orfeo quién según versiones era hijo de Apolo (jefe de las musas y entre otros atributos dios de la música) y de una Musa (posiblemente Calíope). Según esta mitología Apolo le regala una lira a Orfeo y es la primera mención sobre un instrumento musical. Según los relatos, con su música era capaz no solo de calmar a hombres y bestias salvajes sino que le atribuían poderes mágicos como mover árboles, rocas o detener ríos en su curso.
Algo que no se debe pasar por alto es que la palabra Música deriva, precisamente, de las nueve Musas (hijas de Zeus) quienes eran consideradas inspiradoras y protectoras de las artes y de la cultura.
Una mirada diferente aportan los “naturistas”, comenzando por Darwin quien creía que en los gritos de los Hombres se encontraban declaraciones de amor a partir de la imitación de las aves. Sin embargo Karl Buecher, consideraba como punto de partida la idea por la cual los seres humanos primitivos producían, previamente, unos gritos rítmicos para facilitar el trabajo en común.
Aunque estas dos hipótesis no han quedado suficientemente fundamentadas.
Más acertada podría considerarse la teoría de Carl Stumpis, psicólogo alemán, quien plantea que la música pudo haber surgido de “gritos de comunicación”. Afirmando que la lengua no era suficiente como medio de comunicación cuando pastores o cazadores, entre otros, necesitaban comunicarse a grandes distancias, así levantaban la voz a lo más alto de su volumen emitiendo sonidos agudos y uniformes.
Queda claro, en principio, que estas son simples suposiciones.
Todas estas corrientes de estudios, creencias y pensamientos no terminan de ofrecernos una fecha para el origen de la música, pero todas coinciden en el “Para qué”. Todas las versiones relacionan a la música con el Ser Humano y una necesidad comunicativa y expresiva.