Como ya he explicado en otros vídeos, los acordes pueden tomar varios estados (fundamental, primera inversión, segunda inversión, tercera inversión). En cualquier ejercicio, y no digamos en cualquier sonata, sinfonía, concierto... encontraremos estas inversiones. De hecho, cada estado tiene su razón de ser e importancia, e incluso afecta la época en la que la obra haya sido escrita (por ejemplo, Beethoven fue un transgresor rompiendo con las estructuras “inamovibles” del Barroco y el Clasicismo; no digamos luego Debussy y gente similar).
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I inversión
Cuando en el bajo figura la 3ª del acorde decimos que está en primera inversión, y el cifrado se indica con el 6. Esta inversión tiene una sonoridad exclusiva, especialmente cuando en la soprano cantamos la fundamental porque de esta manera las voces externas cantan el propio intervalo de sexta. No en vano la serie de sextas es un recurso que los compositores empleamos a menudo en melodías o secciones puentes. Si tocas el piano te sugiero que pruebes esa sucesión de sextas, si puede ser ligadas, y el acorde de do mayor en 6 con la mano izquierda mi en octava; el sonido resultante es fabuloso.
En este vídeo explico un ejemplo muy simple de bajo y con 2 posibles finales:
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cadencia VII-I, suena más como cadencia perfecta ya que el VII es derivación del V (exactamente, séptima de dominante)
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cadencia II-I, que suena a cadencia plagal, ya que el II es relativa del IV
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Si usas MuseScore (un programa que te recomiendo absolutamente), puedes descargar aquí el bajo dado en formato MuseScore y MXL