Enfrentarse a una entrevista de trabajo en inglés o en un idioma que no es el nuestro es un ejercicio complicado. El simple hecho de tener que realizar una entrevista de trabajo es algo que a la mayoría de las personas produce estrés, y nos inquieta, preocupa o genera ansiedad. Si además esa prueba es en un idioma que no utilizamos con frecuencia, la inseguridad y preocupaciones se multiplican.
Cuando trabajo con mis estudiantes en casos similares, especialmente cuando se trata de casos en los que el tiempo apremia, trato de hacer con ellos el símil con una prueba deportiva: ¿cómo un atleta mejora su tiempo cuando corre 100 metros lisos?, la respuesta es fácil, entrenando. Tenemos que entrenar un ejercicio muy concreto: la entrevista.
Recordemos que estamos hablando de pasar una entrevista de trabajo, no de aprender un idioma.
¿Cómo preparamos una entrevista de trabajo?
Os dejo a continuación cuatro operaciones que trabajo de manera simultánea con mis alumnos, que configuran la base de ese entrenamiento del que hablo:
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Diario de campo: cuaderno de notas donde de manera cronológica vamos a recoger todas las palabras o expresiones que nos resultan problemáticas, con las que no estamos familiarizados o que debemos mecanizar. En este vocabulario para tu entrevista de trabajo también iremos añadiendo las partes del guión que trabajamos progresivamente.
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Guión: desde el primer momento debemos establecer un guión. Es decir, una relación de bloques de contenidos que normalmente son comunes a todas las entrevistas.
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Trabajo de mecanización. Normalmente alguien que va a enfrentarse a una entrevista en otro idioma, es, al menos, parcialmente competente en el uso de la misma. Un problema recurrente con el que me encuentro es que pese a que mis alumnos poseen competencias referentes al idioma, les cuesta mucho producirlo sin dudar o sin cansarse. Por eso es muy importante trabajar repetidamente sobre la mecanización de estructuras sencillas relacionadas con los bloques de contenidos que hemos identificado en el guión, y que sean efectivas para comunicar y conocidas por el alumno (keep it simple!). Esto suele dar mucha confianza, pues trabaja las partes del discurso de manera aislada (presentación, vida personal, vida profesional, estudios, resolución de problemas, trabajo en equipo, expectativas..) y nos permite ir adornándolo con naturalidad y confianza.
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Role-Play: esta última operación no consiste ni más ni menos que simular diferentes tipos de entrevista en función de lo que conocemos del puesto, de la empresa y del proceso de selección en el que nos encontramos. Aquí es donde trabajamos la unión (conectar ideas de manera fluida es fundamental) de las partes que hemos ido mecanizando para que poco a poco el discurso sea fluido y natural. Otro de los objetivos fundamentales de la simulación es trabajar la tolerancia al cansancio que a veces produce hablar en otro idioma, ya que eso refleja de manera muy clara nuestra inseguridad.
Trabajar sobre estos cuatro puntos de manera simultánea y con constancia, nos permitirá asentar una base que reducirá la ansiedad y nos dará confianza para poner en práctica nuestras competencias comunicativas en inglés. Esta base, una vez mecanizada y naturalizada, nos permitirá también construir un discurso cada vez más avanzado con la tranquilidad de saber que estamos siendo efectivos y naturales.