Cada encuentro de yoga que facilito es una invitación a regresar al corazón. A través de movimientos conscientes, respiración profunda y momentos de silencio, abrimos un espacio sagrado para escuchar la sabiduría del cuerpo y del alma. Mi enfoque es integral y amoroso: un viaje interno donde nos habitamos con presencia, fluidez y compasión.
La práctica puede incluir asanas, meditación, pranayamas, visualizaciones, canto de mantras, aromaterapia y rituales, según la energía del grupo y el momento. Me gusta acompañar procesos desde un lugar simple y auténtico, donde la escucha y el sostén son protagonistas.
No importa si estás comenzando o si ya tenés experiencia: el yoga que comparto es una medicina del alma para todos los niveles, y se adapta con sensibilidad a cada necesidad.