Soy fiel creyente de que cada persona aprende de forma diferente y en tiempos diferentes, por lo que para poder diseñar mis clases intento conocer a mis estudiantes en gustos, aptitudes, experiencias previas, contexto, rutinas....para así poder enseñar las matemáticas en un lenguaje y en un contexto más familiar para el estudiante y de allí, comenzar a aumentar el nivel de profundidad y abstracción necesarias para la comprensión completa de la matemática.

Creo que está muy presente en la sociedad la idea de que "saber matemática te hace más inteligente", pero que al decirlo lo que en realidad quieren decir es que "los que no comprenden matemática son menos inteligentes". En mi opinión, la realidad es que los que saben matemática pueden estar seguros de una sola cosa: que saben matemática. Saber sobre una materia no puede asegurar la inteligencia (si es que existiera sólo una), el problema de no comprender matemática no es del estudiante que aprende, sino del maestro que enseña que no supo explicarle al alumno de la forma en la qué él comprenda lo que se está explicando.

No digo que sea tarea fácil, mucho menos teniendo a 30 o más estudiantes enfrente, se dificulta intentar expresar una idea de 30 formas distintas en un aula de clases, pero siendo clases particulares, se hace mucho más sencillo y la interacción alumno-docente facilita la comunicación y la posibilidad de preguntar dudas que por timidez, vergüenza o miedos diversos no hacemos en clase con 30 compañeros alrededor nuestro.