Desde que estudio inglés de chica, siempre me gustó ayudar a alguien que le pareciera complicado o no le encontraba manera de abordarlo. Comencé ayudando a compañeros de la secundaria, luego tuve algunos alumnos en casa del barrio. Mis amigas me tienen como gran pilar si necesitan ayuda en alguna materia de la facultad o algún trabajo laboral que tenga que ver con el inglés.
Disfruto mucho cuando esos alumnos vuelven a comentarme que rindieron bien, que en clases participan más porque les ayudé a entender, que les hice sentir mi pasión por los idiomas y creé un nuevo interés en ellos.
Me adapto mucho a las necesidades de la otra persona. En el momento de las clases trato de conocer bien a mi estudiante para adaptarme su manera de aprender, porque creo que todos tenemos una manera distinta para cada actividad en general. Hago mucho hincapié en que repitan, anoten y lo razonen a fondo. Me gusta que se forme un vínculo, que no sea solo alumno y profesor, trato de crear un ambiente de charla y diversión, que confíen en que los voy a ayudar.
Puedo brindar material extra al que cada alumno ya tiene de sus clases en la escuela.