Primero que todo, hacer un diagnóstico de los temas para ver las posibles falencias que presentan los estudiantes y saber qué conocimientos tiene el alumno acerca del tema. Ordenar la temática de acuerdo a lo que necesite el estudiante, explicar la teoría, realizar varios ejemplos, proponer ejercicios y evaluar lo enseñado para así asegurarse de que lo enseñado haya sido aprendido, o ver si necesita refuerzos adicionales. Hablar acerca de la historia del tema en lapsos cortos de tiempo y siempre que sea posible para captar su atención y concentración.