Me gusta mucho compartir experiencias, gustos, curiosidades de la vida cotidiana, y desde allí aprender. Cuando las temáticas parecen muy lejanas cuesta más prestar atención e interesarse, por eso es importante para mi el vínculo de confianza entre quien enseña y quien aprende, porque en ese proceso se involucra lo emocional. Tengo 11 años de experiencia en educación extracurricular, con personas y grupos muy diversos. Me divierte el oficio de enseñar y me desafía a seguir aprendiendo de cada niña o niño con el que me encuentro. Lo hago desde el diálogo, el juego, el arte y la lectura de libros seleccionados especialmente para cada ocasión. Mantengo diálogo con la familia también, porque es super importante a la hora de adquirir nuevos conocimientos que se cuente con el apoyo de las personas más cercanas, que no sea un acompañamiento desde la presión o el desprecio por los avances sino desde la motivación y el entusiasmo. Creo que cada quien tiene sus tiempos para aprender, que la escuela suele igualar estos tiempos y eso es problemático porque puede frustrar al niño o a la niña. Todos y todas sabemos cosas únicas por nuestras experiencias únicas de vida, y todas son valiosas! El problema es cuando se valora un objetivo por encima de lo que cada niño/niña tiene para expresar. Por eso en mis clades le damos mucho lugar a la expresión y conversación, y desde ahí es que vamos a los contenidos que se quieren aprender, en un ida y vuelta.