Sobre la intención en el proceso de sanación

He aprendido a través de mi propia experiencia como sanador en el área de lo energético que cuando se es novicio en realizar sanaciones o interactuar con la energía, se puede creer que la intención para realizar una interacción con la energía se ha de mandar con el pensamiento o en otras palabras se ha de pensar en lugar de sentirla y mandarla con el sentimiento, tal y como me pasó a mí en un comienzo y más proviniendo de la psicología.

La intención sentida surge del corazón, del interior de la persona, de la Esencia. Al ser sentida y no pensada es imposible que surjan deseos nocivos y dañinos involuntarios hacia la persona que es sanada, sea uno mismo u otra persona. Una de la razón principal de la aparición de pensamientos con deseos nocivos y dañinos es la de que normalmente no se tiene control sobre lo que se piensa y es común que como consecuencia se entre en bucles mentales donde se repiten los mismos pensamientos una y otra vez, dando vueltas a un tema concreto o varios; o que se tenga ruido mental, lo que se traduce en una mente hiperactivada con la imposibilidad o una dificultad elevada de parar de pensar. En otras palabras no se está en armonía con uno mismo. Como el conseguir estar en armonía con uno mismo es un proceso que puede durar toda la vida es recomendable evitar la vía del pensamiento y focalizar los esfuerzos en la vía del sentimiento.