El canto es una práctica intuitiva y culturalmente arraigada, diversificada según el tiempo y la geografía; no es raro que asociemos al canto escenas de la vida cotidiana (¿quién no canta en la ducha?), de la misma manera que eventos musicales de calibre y trascendencia, y esto probablemente se deba a que cantar es algo que además de resultar placentero a niveles físicos y emocionales, de alguna manera atiende a una necesidad expresiva y nos conecta con una forma de apreciación estética.
No importa el género musical que cantes, cantar es por lo general sinónimo de distención y alivio, y es sabido que se trata de un ejercicio que, bien realizado, tiene múltiples beneficios para el cuerpo y la mente.
Aun con todos estos atributos, cantar resulta para mucha gente motivo de angustia, o de pudor, o de estrés; no es cantar lo que genera estas circunstancias, sino la expectativa cultural y el temor a la opinión o a la comparación de otras personas lo que termina neutralizando un impulso vital; en este caso es el canto, pero ocurre en la danza, con el ejercicio, y con muchas cosas que a diario no hacemos aunque quisiéramos, porque algo nos detiene.
En esta ocasión te traigo una serie de motivos por los cuales si no estás cantando, deberías comenzar de inmediato; si ya estás cantando, quizá te guste leerlos para reforzar tu práctica y motivarte a alcanzar nuevas metas con tu técnica.
Motivo número uno: cantar ayuda a las personas con asma
¡Si! y puedo confirmarte que es cierto porque quien suscribe padece este cuadro nada simpático: cuando cantamos, estamos respirando de una manera más profunda y lenta, y eso es muy beneficioso si tenemos problemas respiratorios. Si practicamos a diario, y con el cuidado técnico que la actividad se merece, estaremos aprendiendo cada día a controlar un poco mejor nuestra respiración, promoviendo mejoras en la función pulmonar, y reduciendo los síntomas del asma.
Motivo número dos: el canto mejora naturalmente la postura.
O al menos mientras cantamos; cantar encorvado se puede, si, pero resulta incómodo, más costoso y contraintuitivo, por eso al cantar tendemos a modificar nuestra postura. Este ritual podría convertirse en un hábito, cambiando nuestra manera de ver el mundo, y de vernos a nosotr@s mism@s.
Motivo número tres: cantar libera endorfinas.
No tengo los estudios para asegurar esto, y definitivamente no puedo probarlo, pero si puedo decirte que no conozco ningún cantante que no disfrute cantar; muy por el contrario puedo contar en cientos las veces que me sentía mal, angustiada, o triste, o simplemente tenía un día malhumorado y cantar me hizo sentir mucho mejor. Es probable que la liberación de endorfinas sea algo relativo a la música y no al canto, y es probable también que lo placentero sea el intercambio gaseoso. No importa lo que creas, te prometo que si en cualquier situación no te estás sintiendo bien, y te ponés a cantar, vas a sentirte mejor luego de hacerlo.
Motivo número cuatro: cantar y hacer música nos conecta con otras personas.
Este es el uso más antiguo del canto y de la actividad musical; no por nada funcionan los videos virales de grandes grupos de gente haciendo música de la nada en un centro comercial; lo traemos dentro, desde hace siglos, y la prueba está en la gran cantidad de registros que existen sobre la práctica musical a lo largo y ancho del planeta y del tiempo. Esto no solamente significa que es genial que cantes la música de tu artista de preferencia, sino que cantar con otr@s puede profundizar el nivel de las relaciones personales. Válido para familias, amistades, parejas y relaciones comerciales. ¿O por qué te parece que se canta en la cancha? Ahí está, en nuestro código genético.
Motivo número cinco: cantar ayuda a liberar tensiones y estrés.
Luego de todo lo dicho parece obvio, pero el motivo principal por el que esto es cierto tiene que ver con que se canta con todo el cuerpo: si además de cantar realizamos un deporte aeróbico y otro de fuerza, ¡tanto mejor!. El sonido es mucho más claro y afinado cuanto más se practica, y la práctica genera una retroalimentación positiva que distiende el cuerpo y la mente.
Cantar es una actividad propia de la inteligencia del cuerpo, totalmente gratuita, accesible, poderosa y vigorizante.
Ahora que te conté todo esto ¿qué esperás para comenzar a canturriar por la vida?