Argentina es un país que ha cambiado mucho en los últimos veinte años y hoy en día es común ocuparse de temas de los que hace muchos años no nos ocupábamos, entre ellos se incluye a la política. Una de las frases más irruptivas que nos ha dejado la política ha sido la frase "nunca menos" como afirmación de que siempre es mejor obtener más o, al menos, no perder lo que se ha conquistado pero, cuando hablamos de recursos escasos ¿es esto tan así?
Una de las facetas de la ciencia financiera se nos manifiesta cotidianamente a través de la actividad del Estado que, como señala Dino Jarach, "tiene puntos de encuentro con la economía general, actuando de manera directa o indirectamente sobre los elementos constitutivos sobre los mercados de bienes materiales y de servicios, porque influyen sobre las demandas, oferta y precios y no solo de bienes y servicios finales, sino también de insumos y factores de producción".
Entonces, si hablamos del manejo público que hace el Estado de los recursos escasos o limitados que afectan a la actividad económica en general, no sería mejor enfocarnos en la administración eficiente y transparente de los mismos y no tanto en su recaudación? Y si así y todo, siguiéramos afirmando que es más conveniente concentrarnos en la recaudación, no sería más productivo y equitativo para todos aumentar el universo de contribuyentes con el fin de alivianar la carga impositiva a los ya existentes?
Es en este último punto donde hoy nos vamos a detener y veremos de qué manera hace su aparición la teoría del economista estadounidense Arthur Laffer.
Laffer elaboró una idea en la cual afirmaba que, muy por el contrario a la referencia hecha al principio, el postulado "nunca menos" en la realidad no funciona y lo explicó con una sencilla curva.
La curva de Laffer representa la recaudación tributaria de un gobierno e indica que subir los impuestos de manera indefinida no necesariamente genera una mayor recaudación, sino que muy por el contrario, como lo señalara Jarach, incide sobre el sector privado (el productor de bienes y servicios) y lo ahoga, desanima el consumo y la inversión, sin mencionar además que incentiva la evasión.
Entonces, si aumentar los impuestos de un país no produce un aumento en la recaudación, mejorar la administración de los recursos con los que ya se dispone, no sería un método más sano para obtener finanzas públicas más equilibradas?
Y volviendo al tema inicial, si la política se ha convertido en un tema central en nuestro país, cuánto puede hacer ella para que se logre una administración más transparente, equitativa y solidaria para todos por igual y no solo para los que menos tienen?
Una reflexión que también debemos hacernos al momento de estudiar impuestos.
Si te interesan los temas de impuestos y cuestiones teóricas o técnicas, te invito a seguir mis publicaciones y a que me contactes por dudas o consultas. Saludos, Martín.