3 enseñanzas de las metodologías ágiles para tesistas

Conoce aquello que las metodologías ágiles pueden aportar para mejorar tu desempeño.

En este artículo te comparto las dificultades más frecuentes que experimentan las/os tesistas que llegan a mi asesoría y cómo las metodologías ágiles pueden ayudar a cumplir sus objetivos.

¿Qué son las metodologías ágiles?

Son metodologías de gestión que permiten adaptar la forma de trabajo a la naturaleza y contexto del proyecto. Nacen en el campo del Desarrollo de Software y se han extendido a distintas empresas y organizaciones.

1. ¿No sabes por dónde empezar? Trabaja con objetivos a corto plazo.

Durante los últimos 6 años he trabajado con estudiantes de distintas disciplinas, tanto de grado como de posgrado, y pese a ser personas diversas, tienen algo en común: suelen pensar que la tesis es inabarcable y experimentan muchas inquietudes sobre cómo iniciar su investigación.

Con esto no sólo me refiero a cómo formular un tema o plantear un problema de investigación, sino también a cómo empezar una rutina de estudio que les permita realizar y defender su tesis dentro de los tiempos contemplados, para, finalmente, recibirse e ingresar al mundo laboral.

¿Te sientes identificada/o? Bueno, las metodologías ágiles tienen una valiosa propuesta para dar el primer paso hacia la consecución de un logro: utilizar objetivos a corto plazo.

Gracias a esta manera de abordar la gestión de un proyecto, es posible dividir un objetivo general en objetivos específicos que serán alcanzados en poco tiempo. Así, puedes establecer el paso a paso para lograr lo que te propones, hacer un seguimiento diario y tomar decisiones en el momento oportuno, basándote en evidencia. Es decir, puedes ser más flexible y eficiente.

2. ¿Procrastinas y sientes culpa? Crea un cronograma realista.

Pienso que alguna vez todas las personas hemos dejado algo para después y hemos sentido culpa o incomodidad por estar haciendo una actividad a último momento.

He escuchado muchas historias sobre cómo a vísperas de la entrega de la tesis, las/os estudiantes pasan jornadas enteras escribiendo, se recluyen en su estudio o en una biblioteca, se olvidan de su vida social, sacrifican el sueño y a veces saltan las comidas, para hacer en poco tiempo aquello que podrían haber realizado hace meses, a un ritmo de trabajo constante.

Considero que la experiencia de la tesis puede ser más agradable, cuando reconocemos nuestro ritmo de estudio y creamos un cronograma de trabajo realista, que contemple no sólo los tiempos de escritura e investigación, sino también los otros ámbitos de la vida como familia, amistades y ocio.

Siguiendo la línea de trabajar con objetivos a corto plazo, las metodologías ágiles promueven la reflexión sobre el hacer. Especialmente, Scrum usa un “Stand up meeting” de equipos de trabajo, pero en esta ocasión te sugiero que tengas un encuentro contigo, como una forma de iniciar el día y enfocarte en lo que realmente necesitas realizar. No para hacer más, sino para hacer menos y mejor.

Ten en cuenta:

o Que sea breve. 5 minutos son suficientes.

o Hazlo a diario, de pie y preferiblemente en el mismo lugar y a la misma hora (ayuda a que sea ágil y se cree el hábito).

o Responde las siguientes preguntas: ¿Qué has hecho desde ayer?, ¿qué es lo que harás hoy?, ¿has tenido algún problema que te haya impedido alcanzar tu objetivo?

3. ¿No tienes motivación o no te sientes capaz? Visualiza tu progreso.

La tesis tiene mala prensa. Busca en google imágenes sobre tesistas y encontrarás cientos de memes que representan la angustia, el estrés o la desesperación con la que se asocia la tesis. Parece ser que hacer la tesis es más una obligación que un gusto.

Como parte de la asesoría me gusta acompañar a cada estudiante a descubrir su propia forma de aprender y diseñar una experiencia de investigación más agradable. Entonces, la tesis empieza a ser vista como una oportunidad para dar a conocer un problema social; visibilizar un proceso de intervención; hacer recomendaciones y propuestas; crear red de trabajo con pares, y realizar un aporte a un campo del conocimiento e incluso al mundo.

Las motivaciones comienzan a multiplicarse, a hacerse variadas, e investigar ya no sólo se trata de llegar al resultado: recibirse, sino también disfrutar del viaje, del proceso, de la curiosidad, el descubrimiento y la opción siempre vigente de sorprendernos con el mundo que nos rodea, y sí, también, con nosotras/os mismos/as y nuestras capacidades.

Creo que una de las cosas más emocionantes de las metodologías ágiles es poder ver que hacemos camino al andar. Por ejemplo, Kanban (tablero visual) permite organizar y clasificar las tareas según su estado en un tablero con 3 columnas: pendiente, en proceso y finalizado (puedes agregar columnas según tu caso como "en pruebas"). En un solo vistazo Kanban te permite conocer tu progreso y ofrece la información suficiente para tomar decisiones: en qué estamos, qué es lo prioritario, a qué le vamos a dedicar tiempo y qué vamos a evaluar.

Entonces, organizarse bajo objetivos a corto plazo, conocer tu rutina de trabajo e identificar lo que puedes hacer en un día, serán las claves para lograr una mejora continua. ¡Vamos que se puede!

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